Escribir en un blog
Un blog no es una red social. Allí todo vuela. En un blog queremos ir despacio, queremos conversar, pensar, asociar ideas, enriquecernos… y eso requiere otras condiciones.
Contexto
La tecnología se vende como modelo de completud. Algo así como chocolate para la tristeza. Y eso gana adeptos cada vez más, porque implica un dejá que yo te lo arreglo, que resuena cerca de aquellas cosas que tenemos dificultades para enfrentar.
Están pasando cosas verdaderamente complejas en la trama de la Red. La desmesura del desarrollo tecnológico no alcanza a ser acompañada por estrategias de uso eficientes, que permitan incorporarla en las prácticas diarias. Nos quedamos cortos, siempre nos falta tiempo. Cuando comenzamos el aprendizaje de algo, ya se ofrecen alternativas diferentes, sin que hayamos encontrado tiempo para contrastar con los usos y costumbres que conocemos.
Pero la información circula a toda velocidad. Hay estudios que dicen que la gente lee más cuando lee libros digitales y otras que dicen lo contrario. Hay demasiada charlatanería cuando Umberto Eco dice que en las redes sociales hay legiones de idiotas, y eso produce tráfico y negocios para muchos, contrabandeando información basura. Hay demasiados malos entendidos, hay un evidente achatamiento del sentido de lo que circula y hay más operaciones que ideas pugnando por abrirse paso en semejante maraña, y decir lo propio a como dé lugar.
Se puede hacer más eficientemente lo que uno ya hace, usando algunas herramientas tecnológicas y plataformas colaborativas. Son atajos imprescindibles para gestionar hoy lo que sea que hagamos. Pero necesitamos parar y pensar cómo. Eso no está escrito en ningún tutorial. Todos necesitamos encontrar nuestro modo singular de hacerlo, partiendo de un piso tecnológico básico, que necesitamos alcanzar.
Y hay algo más grave que los vacíos de la tecnicidad (aquello que la gente hace con la tecnología, el modo como la usa), y es el vacío legal, que cada vez es (y lo será) más y más grande. La legalidad, decía Jesús Pérez Serna, en un hangout reciente, está anclada en la estructura jurídica de los estados. Internet supone una capa de tecnología que está por encima de los estados…¿Quién frenará la voracidad de los grandes operadores? ¿Habrá un equilibrio posible? ¿Cómo sabrás lo que es bueno, lo que es malo, lo que te sirve, lo que te conviene?
Es necesario aprender otras cosas, pensar distinto. Paul Virilio lo decía hace mucho y Francisco Milano, en 1999, lo dramatizaba diciendo: La bomba de la información, no ha sido desactivada.
Un blog puede ser un buen espacio para pensar estas cosas. No importa si lo escribís desde una PyME, una universidad, una escuela de barrio, un sindicato o una gran empresa. La problemática está antes de llegar a las organizaciones. Involucra a las personas. A nosotros.
PLE/PLN
Necesitás tener en claro cuáles son tus fuentes de verdad. Necesitás leer más de lo que leés. Necesitás continuar tu formación permanentemente. Necesitás encontrar cómo hacer eso ayudándote con agregadores de feeds, con marcadores (bookmaks), recolectores de citas, con listas de videos, con plataformas que te ayuden a encontrar los contenidos que te interesen y se puedan usar como redes sociales, para que te puedas servir de lo que leen y recortan las personas que forman parte de tus campos de afinidad. Necesitás definir a quiénes leés, qué páginas o mentores te interesan y sentís que te alimentan. Necesitás construir un entorno donde abrevar, porque todos los días hay conocimiento nuevo y hoy, el primer paso para aprender es tenerlo identificado, aunque sea con trazos gruesos. Ese es tu PLE, o EPA, en español: entorno personal de aprendizaje.
Y para el trabajo de gestión necesitás construir una red de intercambio: PLN o RPA, en español: red personal de trabajo e intercambio. No es posible que sepas todo, de todos los temas que necesitás gestionar cuando escribís un blog. Pero hay algo que es imprescindible que sepas: con quién conectarte. O como lo decíamos hace muchos años: sólo necesitás saber navegar e interconectarte.
Construyendo un embudo

Un megáfono, también es un embudo, usado de otra manera.
Cómo escribir posteos impactantes o simplemente cómo escribir blogs o redactar bien, es información que vas a encontrar a montones en el buscador, simplemente escribiendo alguna de esas etiquetas. Aquí hay un buen ejemplo.
Pero lo que más importa es tener en claro, cuál es la estrategia general para llamar la atención de una persona, que en general no tiene el hábito de leer blogs, porque mira redes sociales. Navega mucho y se detiene poco. Cree que Internet se reduce a Facebook y no entiende muy bien qué puede hacer con todo eso, más que distraerse un rato, algunas veces al día. Casi todos tratamos de decirle algo a esas personas.
Los que sigue es una posibilidad. No la clave para encontrarse con el becerro de oro (porque también vas a encontrar ese tipo de promesas en la Red).
Si querés atrapar las palomas de una plaza y te lanzás sobre ellas, probablemente se vuelen todas antes de que aterrices. Pero si tirás un grano y luego otro y las vas haciendo que se acerquen ellas a vos, pronto las tendrás comiendo de tu mano.
¿Por qué es importante entender esto? La saturación de mensajes cruzados levanta barreras. Las personas dejamos de escuchar. No importa qué tanto grites. Dejamos de escuchar. Lo que nos baja las barreras es movernos hacia algo, cuando ese algo ha despertado en nosotros algún tipo de interés.
Entonces: Empezá a construir el embudo tratando de despertar el interés, no prometiéndole la salvación ni pasando un aviso.
Para eso, en las primeras dos líneas ponelo frente al tema de tu posteo, enfocando en una situación que sientas que puede resultarle familiar (Fijate cómo empecé este post. Volvé a leer el primer párrafo).
A continuación abrí una ventana pequeña, ampliando el tema, para que el lector pueda ver que la lectura va a agregarle valor. Que vale la pena seguir.
Plantale una pregunta, un desafío, alguna cuestión que lo ayude a dar el el siguiente paso.
Recién entonces referile el tema de fondo. Y otra vez: no le prometas la salvación. Dejale ver que lx considerás alguien inteligente, sin adularlx. Rematá el recorrido dejándole ver que puede serle útil tu propuesta, y —si es pertinente— cerrá con una llamada a la acción.
¿Funcionará para vos? Bienvenidos los comentarios!
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